Intra-emprendimiento
Falta glamour y una épica, pero es altamente interesante y desafiante.
Se necesita validar en las empresas el emprendimiento interno y las mejoras operacionales -de las rutinas, principalmente, del staff- que estamos necesitando y que son vitales para el futuro adaptativo de la empresa.
¿Qué significa esto?
Si entendemos Emprender, como empezar a hacer una cosa determinada, en especial cuando exige esfuerzo o trabajo o cuando tiene cierta importancia o envergadura, básicamente, en materia operacional, nos tenemos que mover rápido. No frenético.
En los momentos de crisis, debemos, efectivamente, innovar y emprender. Es decir, adaptarnos a lo emergente.
En general se premia al emprendedor “exitoso” con fama y glamour. Eso, generalmente, no tiene nada que ver con mejorar lo que no está funcionando al interior de las compañías. Es una actividad, sin glamour, pero con resultados y gente trabajando más tranquila y comprometida.
Hace un tiempo atrás terminamos un proyecto de desarrollo de software. Nosotros no tenemos área, específica, de desarrollo, por lo tanto, contratamos a una empresa para que nos ayudara a programar una necesidad y automatizarla.
Todo esto con un presupuesto acotado y en silencio; porque intraemprender en las empresas, también requiere de misterio y silencio. Una épica.
El resultado: disminuimos, a lo menos en en 50%, el tiempo de realización de la tarea. Además, dicho tiempo “sobrante”, fue utilizado en corregir los errores en la generación las planillas de cargatura del sistema. Por lo tanto, el proceso se realiza de manera más eficiente.
Conclusión: la líder del equipo pudo “soltar” una responsabilidad operacional y delegarla. Se incorporó tecnología funcional a la necesidad, con todo el equipo de acuerdo en que era la mejor solución. No cundió pánico, con la palabra automatización y logramos que, tanto el equipo como el cliente, quedasen satisfechos con la gestión y el desarrollo futuro de la tarea.
Aprendizajes: durante todo el tiempo que estuvimos desarrollando el proyecto, mantuvimos reuniones semanales de seguimiento. Además, se fue purgando, a medida que veíamos los resultados, la sensación de tedio de la tarea y se transformó en algo que era interesante y “entretenido de hacer”. Además, se generó una épica. ¡Fuimos capaces de resolver un problema que nos tenía, hace mucho tiempo, inmersos en la manualidad!
Ese fue el mayor aprendizaje, la épica. El periplo del héroe.
Dicha épica debiese partir desde arriba, desde la alta dirección. Sin ese “apoyo”, lo cierto es que, los proyectos no avanzan. Terminan no ejecutándose o, simplemente, quedan en interesantes ideas para mostrarlas al directorio.
Hoy en día, a mi juicio, validar la funcionalidad y lo estratégico del “emprendimiento operacional” es vital, para salir de espacio muerte en el que se encuentran muchas organizaciones. Languideciendo ante los vaivenes del mercado y la pandemia.
Un punto importante que acotar; todo lo anterior con muy poco presupuesto. Por lo tanto, el escaso o nulo presupuesto, no necesariamente, es una condición -a priori- de fracaso o de inamovilidad.
¿Qué hacer?
En primer lugar, se necesita empoderar, es decir, distribuir la capacidad de decisión entre los integrantes de los equipos. Observar y acompañar los procesos decisionales desde la jefatura y permitir equivocarse. Sin el error, no existe aprendizaje.
También, es muy importante, estar atentos al surgimiento de los talentos y potenciar sus espacios de creatividad y pensamiento crítico. Debemos acostumbrarnos a escuchar críticas en las empresas. El jefe, no siempre, es el que más sabe. Depositar la confianza en los equipos enaltece su posición y le otorga, casi automáticamente, una posición de liderazgo; ejerciendo su “poder” en pos del cambio y no del control.
Entonces, y para cerrar: la épica, se gesta en el proceso. El glamour, al final, es innecesario.
Les recomiendo leer el post anterior de Beaulik,
donde hablo acerca de la sinceridad, el autoconocimiento y como nos permite empoderar y empoderarnos.